sábado, 28 de noviembre de 2009

globalización

Hoy he paseado por el centro de mi ciudad, entre el bullicio y correteo de estas fechas, haciendo reverencia a la apología del comercio en la que vivimos y de la que yo mismo participo.

Estaba rodeado de todas esas tiendas de marcas que nos persiguen allá donde vamos, y de todas esas cafeterías y snack que nos deleitan con sus delicatesen para hacernos mas llevaderas todas nuestras compras.

Ejemplo: starback ( no me importa como coño se escribe )

va por ti montoya, etc.



Allí me encontraba en medio de todo y a años luz de nada, rodeados de mickeys vendiendo globos, artistas callejeros y un sinfín de gente que corría como la sangre que circula por nuestro cuerpo. Respiré hondo y en medio de todo como un arcoiris después de la tempestad, hay estaba la imagen que me devolvió a una realidad, de la que me aferro como un león y que siempre resurge como un fénix.
Un hombre con las manos gastadas y azotadas por una tierra que siempre se le escapa, que nunca pone a su nombre. Con la mirada cansada, pero con la ilusión de que algún chiquillo, o alguien que un día lo fue, le compre uno de sus exquisitos y agridulces PALODÚ.

1 comentario:

  1. quizás ese hombre de manos gastadas, reza para que ese espíritu consumista le abra la puerta de un nuevo día. Todo es un ciclo y lo que para los ojos de los "acomodados" puede ser un despilfarro, para los ojos del "necesitado" puede ser la oportunidad de llevar a casa un plato de comida.

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